¿Cómo estructurar su cartera de inversión extranjera para 2022? Acciones de EEUU son las favoritas
Los sectores de consumo discrecional y financiero de dicho país asoman como las principales recomendaciones para incluirlas en el portafolio del próximo año.
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En medio de avances y retrocesos del Covid-19, la recuperación económica no ha sido pareja en todos los países. Si 2021 estuvo marcado por el repunte del consumo, en 2022 la inflación será un factor relevante.
De cara a este escenario, analistas y estrategas entregan recomendaciones sobre cómo estructurar el portafolio de inversión extranjera para el próximo año.
“El principal elemento que estamos viendo hoy es la inflación, producto de una caída en la oferta, por problemas en la cadena de suministros, aumentos en el precio de la energía y presiones salariales, las que se están encontrando con un aumento en la demanda, debido a un exceso de liquidez”, explica el gerente general de DVA Capital, Fernando Gómez.
Según la estratega de mercado nacional e internacional de Nevasa, María Luz Muñoz, las perspectivas son más positivas para la renta variable que para la renta fija, ya que se espera que 2022 sea un año de retiro de estímulos monetarios, lo que implicaría alzas de tasas y un mal desempeño para los instrumentos de deuda.
Acciones del sector financiero en EEUU
En acciones, se espera que a los países desarrollados les irá mejor que a los emergentes en 2022.
“Estados Unidos y Europa están teniendo un mejor desempeño relativo y el dólar se fortalecerá por el fin del programa de estímulos en EEUU”, señala el socio de Sherpa WMC, Rodrigo Arriagada.
El estratega en Falcom Asset Management, Hugo Osorio, aconseja sobreponderar la renta variable y sugiere “mantener una exposición alta en EEUU versus el resto del mundo. El dólar va a continuar subiendo, al menos en el corto plazo”.
En cuanto a los sectores, las acciones con mejores perspectivas son “las que se ven beneficiadas por un alza en las tasas de interés, como es el caso del sector financiero”.
Una visión similar tiene Muñoz, quien opina que “dentro de EEUU, en un escenario de crecimiento e inflación, los sectores de consumo discrecional y financiero debieran verse más favorecidos”.
El reporte de Security Inversiones sugiere estructurar una cartera de renta fija extranjera de la siguiente forma: 60% en desarrollados (35% EEUU, 15% Europa y 10% Japón) y 40% en emergentes (21% Asia Emergente, 6% América Latina y 5% EEMEA).
Bice Inversiones se las juega por EEUU y su portafolio contiene 60% de acciones de EEUU, 15% de acciones europeas, 10% de acciones de Japón y 15% de emergentes.
Bonos ligados a inflación
El IPC de EEUU sorprendió esta semana a los inversionistas llegando a 6,2% anual, un nivel que no se veía desde 1990. Por eso, es probable que la renta fija continúe acomodando sus precios a nuevas expectativas de alzas de tasas, lo que hace que estos activos pierdan valor.
Los únicos que no pierden valor son “los bonos con tasas variables, o los ligados a inflación, con duraciones más largas se verían más afectados que los de duraciones más cortas”, comenta Gómez.
La sugerencia de Osorio es “mantener duraciones levemente bajas, con alta exposición a high yield en EEUU y algo de tasas variables. Recomendamos mantener subponderada la inversión en investment grade y deuda emergente”, indica.
Alternativos
Por el lado de los activos alternativos, su ponderación dentro de la cartera dependerá del perfil de riesgo del inversionista.
“Estamos aumentando la exposición a deuda privada, que da flujos muy estables, a cerca de un 15% de la cartera y a activos inmobiliarios, a entre un 5% y un 10% en fondos de renta, ETF inmobiliarios o Real Estate Invetment Trusts”, dice Arriagada.
Gómez destaca que los commodities se han visto beneficiados ante las fallas en las cadenas de suministros este 2021, la rápida recuperación de la demanda, y las presiones en el sector energía.